Una vez terminada no se llevará a la gran pantalla: se graban unos cuantos miles de VHS que serán vendidos a videoclubs donde se alquilarán a clientes. El lugar donde más se ven estas producciones es en el ámbito doméstico, en el salón de las pobladas casas nigerianas donde varias familias se reúnen y, aunque siguen la trama con atención, las películas pueden verse interrumpidas por quehaceres o conversaciones entre los espectadores.