Consultado el 12 de mayo de Pero otros, optan por dejar las maderas a un lado y cambiarlas por su cuerpo para vivir experiencias íntimas a base de ataduras sobre la ropa o sin ella, que prometen garantizar elevadas dosis de estimulo por roce y presión de cuerdas en las zonas erógenas para inyectar una recarga adicional de adrenalina al desplazarse sobre la piel metros y metros de sogas anudadas, previa, durante o posterior a un encuentro sexual. Te Podría Gustar.